ARTURO UMBERTO ILLIA

40° aniversario de su asunción a la

Presidencia de la Nación. 1963 - 12 de octubre - 2003

“Esta es la hora de la reparación nacional, a la que todos tenemos algo que aportar. Esta es la hora de la gran revolución democrática, la única que el pueblo quiere y espera; pacífica sí, pero profunda, ética y vivificante, que al restaurar las fuerzas morales de la nacionalidad nos permita afrontar un destino promisorio con fe y esperanza”
ARTURO UMBERTO ILLIA, (1900 - 1983)

 

ARTURO UMBERTO ILLIA
Cuadragésimo aniversario de su asunción a la Presidencia de la Nación. 1963 - 12 de octubre - 2003

Por Osvaldo Alvarez Guerrero

Arturo Illia forma parte de una generación de políticos radicales que renovaron a la Unión Cívica Radical, el partido de Yrigoyen, a mediados de la década de los años cuarenta. Entre ellos, nacidos en los primeros años del siglo XX, formados en la Universidad de la Reforma de 1918, se cuentan figuras como Arturo Frondizi, Moisés Lebensohn, Ricardo Balbín, Gabriel del Mazo, Luis Dellepiane y Crisólogo Larralde, cada uno con singularidades brillantes y creativas. Esa generación había incorporado en el Programa de Avellaneda de 1945, los principios y proyectos de la Democracia Social: nacionalismo económico, estado dirigista de bienestar social, y adhesión a las normas del liberalismo político, que mantienen vigencia de futuro. Hacia 1955 La U.C.R. era probablemente el más poderoso partido orgánico de centro izquierda de Latinoamérica, e Illia uno de sus mas destacados y progresistas dirigentes. Dividida la histórica fuerza cívica en 1957, Illia siempre trabajó por su reunificación.
Arturo Umberto Illia nació en Pergamino, el 4 de agosto de 1900, hijo de una familia italiana de agricultores y comerciantes de la Provincia de Buenos Aires. Se radicó en Cruz del Eje, Provincia de Córdoba, a partir de 1929. Había obtenido el título de médico, con calificación sobresaliente en la Universidad de Buenos Aires. Fue un activo dirigente estudiantil.
Como facultativo de la medicina, Illia era un humanista y filántropo, de ideas avanzadas sobre la armonía de la psiquis y la salud física. Despedido de su función de médico ferrroviario por la Dictadura del General Uriburu, viajó durante casi un año, en plan de estudios y observación política, por Dinamarca, Alemania, Rusia y Francia. Allí profundizó su convicción democrática y su honda sensibilidad social. Fue Senador Provincial entre 1936 y 1940, durante la progresista gestión de gobierno de Amadeo Sabattini, y luego vicegobernador de la Provincia durante la activa y transformadora adminstración de Santiago del Castillo de l940 a 1943, interrumpida por la revolución militar del 4 de junio de ese año.
Normalizada la situación institucional del pais, formó parte del legendario Bloque los 44, la bancada radical de Diputados que se opusieron duramente al autoritarismo de los dos primeros Gobiernos del General Perón, sin mengua de la defensa de los principios de reforma social y desarrollo económico autónomo.
Arturo Illia llegó a la Presidencia de la República en octubre de 1963. Aun cuando el peronismo estuvo proscripto en aquellas elecciones, la UCRP de Illia, había obtenido mas del 34% del total de los votos afirmativos válidos emitidos - que representaba el 25 por ciento del total del padrón electoral - por sobre el l9 % de votos en blanco-obviamente seguidores del Peronismo - y el 16. 4 % de la UCRI de Oscar Alende. El argumento, tan común en los opositores de la época, de la falta de legitimidad de su gobierno, con esos datos poco conocidos y muchas veces tergiversados, ha quedado practicamente desmentido por la verdad histórica.
Desde el Gobierno, el Presidente Illia se atuvo estrictamente a la Plataforma electoral del programa radical de Avellaneda de 1945. Para Illia el cumplimiento fiel del contrato electoral con la ciudadanía era un principio inamovible del sistema democrático. "Si nos esforzamos en formar una conciencia nacional, con justo contenido moral, no nos desesperaremos nunca, ni nos agotará cualquier encarnizada adversidad"- afirmaba en sus discursos, de austera retórica - "Esta es la hora de la gran Revolución Democrática, la única que el Pueblo quiere y espera, pacífica, si, pero profunda, etica y vivificante."
Su gobierno aplicó una política internacional independiente. Se opuso a la intervención armada de Estados Unidos en la República Dominicana. Obtuvo una resolución favorable en la ONU, que obligaba a Gran Bretaña a la discusión sobre la soberanía en las Islas Malvinas, en el marco que orientaba la descolonización de todos los territorios hasta entonces sometidos a diversos grados de dominación imperialista. Decretó la nulidad absoluta de los contratos de concesión de explotación y comercialización del petróleo por vicios de legalidad y por ser dañosos a los derechos e intereses de los argentinos. Aplicó el salario mínimo vital y móvil, y reguló los precios del consumo popular, ordenando el Comercio Interior con la Ley de Abastecimiento que se dictó durante su gobierno. Con esa política de precios y salarios se obtuvo un notorio incremento de la participación real de los trabajadores en la distribución del Ingreso Nacional. No aceptó negociación alguna con el Fondo Monetario Internacional, organismo con el que no tuvo relación alguna. Sin embargo, su política gradualista en materia monetaria posibilitó la virtual eliminación de la deuda externa argentina La inflación estuvo prolijamente controlada sin ajustes recesivos, y superó el promedio del 6 % anual. Hubo plena ocupación, con índices que no pasaron nunca del 4 %. El producto bruto interno creció a un ritmo de mas del seis por ciento promedio. Fue un impulsor convencido de la Planificación indicativa, con el Plan Nacional de Desarrollo, un riguroso modelo de transformación democrática de las estructuras económicas y sociales.
Llevó adelante un exitoso plan de alfabetización, la defensa y promoción de la Educación Popular, y elevó a casi el 25 % ciento el presupuesto educativo. Fortaleció la autonomía universitaria, y jerarquizó los estudios superiores hasta niveles nunca superados después. Aplicó una reforma del Hospital Público y dictó la ley de Medicamentos, que al propio tiempo que promovía la industria de los laboratorios nacionales, disminuyó drásticamente el costo de los remedios medicinales, considerados un bien social.
En las elecciones de renovación del Congreso de 1965, el Gobierno de Illia había ya levantado gradualmente las proscripciones que pesaban sobre el peronismo, y conforme a la promesa electoral, esas restricciones caducarían totalmente para los comicios provinciales.
El Golpe de Estado del 28 de junio de 1966, que derrocó al Gobierno Constitucional, fue uno de los actos más perjudiciales para la continuidad institucional y el auténtico desarrollo socioeconómico de la Argentina. Obedeció a varias causas: el posible retorno al poder del Peronismo, su enfrentamiento con los capitales petroleros y las empresas multinacionales farmacéuticas, la extraordinaria campaña de acción psicológica a través de todos los medios de comunicación; y una nueva coalición entre las jerarquías sindicales y los mandos militares con orientación franquista e inspirados en la doctrina de la Seguridad Nacional, son las mas mencionadas.
Illia fue un austero hombre republicano. Conciliaba la ética social con su conducta moral individual, una sólida honestidad intelectual y una sencilla modestia en cuanto a los bienes materiales: su única propiedad le había sido donada por el Pueblo de Cruz del Eje. La idea de una revolución democrática en paz y libertad, con igualitarismo social, basado en la cooperación y los valores de la justicia social, se inspiraba en el yrigoyenismo y en la filosofía del krausismo español. Tenía una clara convicción de lo que denominaba "un orden justo", que armonizaba liberalismo político y socialismo económico. Siendo médico, poseía una importante y profunda formación jurídica. Su respeto a la ley y la Constitución Nacional, a la independencia e importancia del Poder Judicial era de una pureza infrecuente en la Historia Política de la Argentina. Gobernó sin estado de sitio, con absoluto respeto de las libertades publicas e individuales. "Debemos luchar por el hombre mismo, porque es la evidencia humana la que hace tambalear a los tiranos y falsos dioses. Y si no sabemos con seguridad que uestra verdad es la verdad, sabemos bien en cambio, donde está la mentira", dijo en el Mensaje al Congreso al asumir la Presidencia el 12 de octubre de l963.
Illia era un hombre de cuidadosa racionalidad, serio e introspectivo, de una cultura clásica de la que no hacía inútil gala, y que solo mostraba en las muy ricas conversaciones con jóvenes amigos, estudiantes intelectuales y científicos de su tiempo. Era un conocedor de la filosofía de Leibniz, del pensamiento de Rouseau y de Kant, lector actualizado en las teorías económicas de John Maynard Keynes y del progresismo social del Presidente Franklin Delano Roosvelt y del espiritualismo de Gandhi. Pero sobre todo, conocía las calidades del hombre humilde, del poblador de nuestros campos y de la idiosincrasia del argentino común. En sus extensos viajes por todo el territorio nacional, se detenía en cualquier paraje, para conversar serenamente por horas con los hombres y mujeres sencillos, sobre sus problemas, angustias y felicidades cotidianas.
Después de su caída en 1966 y hasta su muerte en 1983, fue el símbolo de la decencia política, de la recuperación democrática, de la formación de la conciencia nacional y la preservación del patrimonio común de la Nación.

Arturo Illia

Arturo Illia: el ciudadano ilustre. Por G. Calleja.

El Golpe de Estado contra el Dr. Illia (1966)

La Presidencia de Illia

Anselmo Marini sobre el Golpe de 1966

 

 

2003. A 40 años de la Asunción Presidencial del Dr. Arturo Illia, nuestro modesto pero intenso homenaje. Una Producción de Matías Bailone, Villa Mercedes, San Luis. Argentina. http://ricardobalbin.tripod.com - www.unioncivicaradical.es.mn